Tras los problemas del despegue, se descubre que hay dos pasajeros más de la cuenta, son los detectives Hernández y Fernández, y por tanto se reducirá el tiempo del viaje por problemas de oxígeno. Consiguen llegar a la Luna, donde montan el equipo y hacer las exploraciones necesarias en la superficie de la Luna. Los problemas vienen cuando aparece un saboteador, que con la ayuda de un tripulante, quiere volver a la Tierra dejando los demás a la luna. Finalmente, el primero muere y el segundo, lleno de remordimiento, se sacrifica para que les llegue el oxígeno para la vuelta. Con esta obra, Hergé se adelantó a la realidad y se demostraron fuerza coincidencias con la llegada del hombre a la Luna en 1969. Además Hergé ya propuso la existencia de agua en la Luna, hecho contrastado hace poco tiempo.