El castillo de Moulinsart | |
Suntuoso castillo del siglo XVII, construido en el más puro estilo Luis XII y rodeado de extensos bosques y praderas. El rey Luis XIV hizo entrega de esta fantástica mansión real al valiente Caballero de Hadoque en recompensa por los méritos alcanzados. Al correr de los siglos, la residencia acabó por pertenecer a los Hermanos Pájaro, anticuarios de pocos escrúpulos. Tras la detención de los dos facinerosos, el castillo se puso a la venta. Y gracias a la subvención que el profesor Silvestre Tornasol había recibido del gobierno por su submarino, nuestros amigos consiguieron adquirirlo.
Ya desde el primer momento las cosas no les pudieron ir mejor, pues allí encontraron el codiciado El tesoro de Rackham el Rojo que el Caballero de Hadoque había escondido en sus bodegas. Más tarde, el castillo sufrió algunos desperfectos cuando el profesor Silvestre Tornasol estuvo analizando los comprimidos del peligroso detonante N.14. Y algo análogo sucedió con todos los cristales, cerámicas y lozas de la mansión al poner a prueba el profesor su peligroso aparato de ultrasonidos. Poco después llegó al castillo, el príncipe Abdallah, acompañado por su real séquito, los cuáles sin ningún protocolo, se instalaron a sus anchas en medio del salón. Con todo, la época más convulsionada que ha vivido el castillo de Moulinsart coincidió con la visita de la célebre diva Bianca Castafiore. La paz del Hogar -fruta prohibida para el capitán Archibaldo Haddock- se vio suplantada por la aparatosa exuberancia de la soprano, por las interminables escalas de su pianista Igor Wagner, por las engorrosas grabaciones para la televisión, por los reportajes sensacionalistas en las revistas de moda.. Y todo ello aderezado con las continuas caídas provocadas por el dichoso peldaño roto que nunca venían a arreglar.
Sin embargo, a pesar de los mil y un cristales hechos trizas, del eterno cruce de líneas telefónicas, de las inoportunas visitas de Serafín Latón, Abdallah o la Bianca Castafiore, a pesar de todo esto... !quién pudiera vivir en el encantador castillo de Moulinsart¡